Hace unos días leí un artículo en El País sobre una actuación de Herbert Blomstedt y la Wiener Philharmoniker escrito por Luis Gago que comenzaba así: “La dirección de orquesta no es profesión para jóvenes.” Me paré. Impresionado, volví a leer. (“La dirección de orquesta no es profesión para jóvenes”...) -Sí, sí; lo he leído bien- pensé. Y ahora ya no estaba impresionado, sino enfadado, y mucho. Pero ahí no se quedó la cosa, el artículo seguía de esta manera: “Es un oficio que se aprende fundamentalmente sobre el podio, acumulando experiencia concierto tras concierto, ahondando en la compleja psicología de un colectivo humano difícil como pocos, descubriendo ángulos nuevos en partituras estudiadas e interpretadas decenas de veces, buscando nuevos modos de resolver la ecuación entre el fin y los medios, o profundizando en los misterios de la interpretación musical.”
Y entonces fue cuando estallé. Me indignó tanto que me fui como loco a Internet para buscar un contacto del autor del artículo para contestarle humildemente y exponer mis “diferencias” sobre su opinión vertida en ese comienzo del artículo. Pero pronto me dí cuenta de que eso no llevaría más que a perder el tiempo. Hace mucho tiempo que me apetecía comentar libremente asuntos como este pero fue el leer este artículo lo que me terminó de motivar a contar esto. Luis Gago está completamente en lo cierto con frases como “...se aprende el oficio en el podio…” (dirigir es dirigir y por mucho que nos llenemos la cabeza de ideas y análisis en el salón de casa o en el piano, nada de eso importa si no somos capaces de verter y transmitir todo eso en el concierto (ya ni siquiera en los ensayos) y esto se aprende en el podio). También está en lo cierto cuando dice “ahondar en la compleja psicología de la orquesta” (debe ser uno de los entes más complejos y difíciles de gestionar y por eso desde que me empecé a formar como director, mis profesores han enfocado todo (o casi todo) teniendo en cuenta la frase de Gago). Y sigue teniendo razón en el resto de comentarios, del primero al último. ¡Pero precisamente son estos razonamientos ciertos los que se nos imponen por generaciones mayores y los que nos lastran como directores, músicos y artistas y nos privan de oportunidades! ¿Acaso un hombre o mujer de 25-35 años no puede profundizar en una sinfonía de Beethoven? ¿Acaso Beethoven no puede comunicarse igual con su música con esta persona que con una de 65 años, o 70 u 80…? ¿Acaso la experiencia en el podio no se coge comenzando a subir cada vez más al podio? ¿Acaso comprender cómo vive psicológicamente una orquesta o ensemble no se puede aprender y experimentar asistiendo a los conciertos de esos grupos, o a sus ensayos, o conociendo personalmente a sus integrantes? ¿Acaso con 25-35 años no se puede desarrollar un juicio crítico sobre estilos y obras de la misma manera que una persona más adulta? Podría seguir haciendo preguntas similares durante 4 horas más. Además no sería la primera vez que los planteamientos de directores adultos y mayores me parecen aburridos, sin motivación y sin aporte alguno. O sus maneras de trabajar y ensayar, o incluso el trato hacia sus músicos del que habla Gago. En alguna ocasión Juanjo Mena me comentó que para dirigir “hay que ser una persona con vivencias, cuantas más mejor, y de todo tipo”. Y tiene mucha razón, pero los jóvenes también experimentamos vivencias y experiencias, diferentes, pero al mismo nivel que las de un adulto o persona mayor. Si a todo esto le sumamos que cada vez hay más posibilidades de formarse (al menos, teóricamente) y que cada vez hay menos orquestas y las que resisten cada vez ensayan menos y más rápido, la ecuación no funciona. Las últimas generaciones de músicos somos de las mejores formadas pero las que menos podemos participar en la vida cultural y musical. La paleta de directores mayores está llena de gente que ha llegado “al podio” por casualidad, por error, por enchufe o sin siquiera conocimientos prácticos de dirección. Pero sí tuvieron oportunidades y alguien creyó que ellos podían hacerlo igual de bien que la generación anterior. Vamos ahora con lo importante. ¿Qué podemos hacer para crecer y seguir avanzando en este mundo de “adultos” y sin oportunidades? Me gustaría dejar claro que estos consejos son humildemente los que yo haría (de hecho, no paro de hacer) y puede que a ti te valgan, o no, o te parezcan bien o estúpidos. Para “aprender sobre el podio” sin estar en el podio lo mejor es ver todos los conciertos que puedas y más. Si ya conoces la música intenta fijarte en el director todo lo que puedas. Intenta pensar por qué elige las decisiones que ha tomado y por qué actúa de esa manera. Si la música la has estudiado y la conoces a un nivel alto, fíjate mucho a la vez que en el director, en los músicos. Intenta ver cómo tocan, cómo respiran juntos, cómo suenan, cómo se miran, cómo se mueven, cómo hacen un arco en concreto, cómo está el equilibrio de las familias instrumentales, cómo suena esa sección, y cómo suena esa otra. Posteriormente, en casa, coge la partitura e intenta responder a aquellas dudas o respuestas sin contestar y piensa también si tú hubieses tomado ese camino o esa decisión. Para ver “ángulos nuevos en las partituras estudiadas”, estudia, estudia, y estudia. ¡ESTUDIA! Todo lo que puedas, todos los estilos, todos los periodos, todos los compositores, todas las músicas. De hecho, ahora mismo deberías dejar de leer esto y ponerte a estudiar. No hay otra forma, hay que conocer la música (a través de la partitura) como si tú mismo la hubieses escrito. Nunca es suficiente, siempre se puede más, y cuando pienses que no puedas más y que ya la conoces, vuelve a estudiar y a pensar las cosas porque te darás cuenta en el siguiente ensayo que aún hay algo que no comprendes o conoces. (Aprovecho para agradecer a Fernando Bustamante que desde bien pequeño me transmitiera esta idea en sus ensayos). Además, vamos a aprovechar que los directores jóvenes no tenemos que viajar cada semana de aquí para allá como los “adultos” y aprovechemos ese tiempo extra que algunos solo sacan de vuelo en vuelo (Qué pena para la música…) Para “ahondar en la psicología de un grupo complejo” no hay nada mejor que ver ensayos. Intenta ver todos los que puedas. Si puedes conocer a algún músico para poder acceder con él, genial. Si no tienes esa suerte, siempre puedes probar suerte a través de email o redes sociales, contactando con las orquestas o los encargados que controlen los accesos. Esto es fácil de decir pero en ocasiones se vuelve imposible de llevar a la práctica en tiempos de Covid-19. La Orquesta Nacional (el mayor ente musical de España…) lleva año y medio sin permitir el acceso a sus ensayos, incluso ni se han planteado crear un protocolo para hacer esto de forma segura. Orquestas como la ORCAM o instituciones como el Teatro Real son más abiertas ahora y por lo menos con test y siendo insistente puedes acceder. Aquí no puedo olvidar a la Orquesta de la RTVE que es la única en Madrid que permite el acceso a jóvenes directores de manera regular. Tengo que agradecer a la Inspectora de la Orquesta (Ana Borrego) su apoyo y su cordialidad a la hora de tramitar los permisos y también a Pablo Gónzalez (actual director titular) por enseñarnos tanto durante los descansos. Sin estas oportunidades, no habría podido aprender y avanzar durante el último año. ¡Gracias de verdad! Intenta no ir siempre a la misma orquesta, es importante que generes una escucha activa y para ello lo mejor es que puedas escuchar diferentes grupos y analizar diferentes formas de sonar y tocar juntos. Y no olvides que siempre puedes viajar fuera. Es más costoso pero el movimiento de directores, por regla general, es más “activo” y lo mejor de todo es que en la mayoría de los casos son más abiertos y accesibles. La primera vez que fui a ver ensayos fuera, el primer día, al acceder, pregunté en la recepción del auditorio por mi acreditación y su reacción fue asombrosa: “adelante, aquí puede pasar cualquier persona, no necesitas acreditación” Aprovecha cada ensayo para poder preguntar al director todas las dudas que tengas. No solo es maravilloso lo que puedas aprender de sus respuestas, sino que nunca sabes cuándo va a nacer una fructífera relación “musical-educativa”. No todos son accesibles y algunos huyen de ti, pero siempre inténtalo. Lo peor que te puede pasar es que su respuesta sea: “lo siento, pierdo el vuelo”. Para “profundizar en los misterios de la interpretación musical”, lo mejor es tener la oportunidad de crear un grupo de músicos que estén en un momento artístico similar al tuyo. (Amigos, compañeros, amateurs o profesionales). Puede ser un grupo de vientos, una banda, un coro, una orquesta, un grupo de flautas, lo que sea. Pero lo importante es que seas capaz de crear un proyecto artístico interesante y que lo defiendas hasta el final. Tienes que ser capaz de contar tu visión del mundo a cuantas más personas mejor. De esta manera la gente acudirá a ti para aprender de tu proyecto artístico y para comprobar si es interesante y merece la pena. (Es una forma de llamar la atención de los demás en tu mismo mundo artístico). Dejamos para otro día las dificultades que esto pueda tener al enfrentarse al modelo de negocio actual de las orquestas y grupos artísticos. Ahí lo dejo…. Me gustaría aclarar antes de terminar que directores “mayores” como Herbert Blomstedt (para mi uno de los mejores directores en la actualidad) son los que nos han motivado y servido de inspiración para decidir seguir hoy sus pasos. Todos merecen nuestro mayor respeto. Estas personas son las que dejan poso y hacen avanzar el mundo artístico generación tras generación. Si nadie hubiera apostado por ellos al comienzo de sus carreras, y nadie les hubiera dado las oportunidades que ahora faltan, el mundo de la música no sería el mismo. No dejemos que “el mundo futuro” no sea el que deba ser por no considerar la validez de un director joven. Notas: 1. Artículo de Luis Gago en El PAÍS: https://elpais.com/cultura/2021-09-11/el-milagro-se-llama-herbert-blomstedt.html 2. Algunas de las agrupaciones españolas que te pueden interesar: https://www.musicalchairs.info/es/spain/orchestras intenta estar al día de lo que ocurre en cuanto a proyectos y actividades. Y sobre todo, mira siempre los directores que pasen por ellas. 3. Página de la Orquesta de RTVE: https://www.rtve.es/orquesta-coro/
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